Y así fue como se encontraron dos músicos, una bailarina y muchos bebés. Este trío de artistas adora tocar y bailar con bebés y padres, y la bailarina tiene una cesta. Una cesta en la que se esconden colores avergonzados, palabras que no son necesarias y algunos sonidos que les gusta espiar y, a veces, saltan a los brazos de los bebés. A los bebés les gusta tanto sentir estos sonidos que algunos de ellos desaparecen en sus bocas.
Mmmmmmm, qué buenos sonidos que se comen, y se bailan, y se envuelven en pañuelos suaves. Se escucha un acordeón y un bebé se pone a gatear. Entra el saxofonista y los padres bailan. Baila la bailarina y todos bailamos.
Óóóóóóó... ¡se ha acabado! Pero los sonidos se llevan a casa y las danzas continúan."